jueves, 21 de abril de 2011

Recuerdos de hace muchos años

¿Te acuerdas de cuando recién empezábamos??
¿Te acuerdas cuando nos conocimos allá, en esa empresa, hace mucho tiempo atrás?
¿Recuerdas la primera vez que salimos juntos? Fuimos a comprar una torta de cumpleaños. Tú me llevaste al supermercado más cercano y "grande de Lima", y ahí comenzamos a hablar. "¿Qué haces, en qué trabajas?" Y tú, contestándome que estabas perdiendo plata en ese lugar porque tus estudios eran de otra cosa :)
Recuerdo que te ví, sonreí, y dije "qué bueno está este chico". Y sí, lo estabas. Aunque para ser más sincera, hasta hoy sigues estando bueno ;)
También recuerdo la invitación para salir ese día... jejejeje... pero no voy a ahondar en eso, me lo reservo para lo más profundo de mí, y bueno, supongo que tú también. Recuerdo esa primera noche, allá en Barranco, en el Dejavu... Una sangría, una tabla de quesos, la música, y luego la conversación... ¿de qué hablábamos? No recuerdo bien, porque estaba embobada viéndote, y pensando "la hice, la hice" jajajaajajaja... Y luego, tus preguntas "¿te gusta estar conmigo?" fue una de esas preguntas... y claro, cómo no me iba a gustar estar a tu lado. Si me encantaba estar contigo! Y al día siguiente, la sonrisa cómplice al verte por la oficina, aparentar solo ser compañeros de trabajo, mirarnos de reojo, saludarnos como amigos y a la distancia. ¿Cómo hicimos para seguir saliendo sin que nadie sospechara??? No lo sé, pero no duró mucho gracias a cierta llorona que dizque era tu enamorada y en realidad no era nada. Igual, ella no pudo separarnos. Yo me propuse estar contigo, que ni ella ni nadie nos separe. Y sé que tú también pensaste lo mismo. Poco a poco comenzamos a enamorarnos. Lo que comenzó como un juego rápidamente comenzó a formalizarse. Yo me volví tu enamorada oficial. Y tú igual. A pesar de todo, a pesar de todos y de lo que dijeran todos, iniciamos nuestra relación. A pesar de todo, a pesar de esa "mujercita" y su mala vibra, que como sea trataba de hacer lo que fuera para separarnos. Pero tú seguiste conmigo. Y yo contigo. Comencé a amarte, aprendí a quererte a pesar de tus problemas. Aprendí a querer a tu familia, a tus hermanos, a tu tía. Aprendí que en esa zona habitaban las aves más raras de Lima. Aprendí que, no siempre las apariencias muestran lo que la gente es. Aprendí, con lágrimas, a confiar en ti ciegamente. Aprendí mucho contigo. Te amé muchísimo y con mucha locura. Y sé que tú también me amabas, aunque más de una vez te negaras a toda posibilidad de hacer una vida juntos. Sé que el trauma de haber pasado la separación de tus padres hizo que te negaras a pensar en una vida en pareja. Traté de entenderte, de ayudarte a cargar tus problemas. Me involucré lo más que pude. Traté de darte mi vida si era posible. Qué cosa no hice por ti. Pero siempre había algo que a ti no te cuadraba, y no te culpo :(
Pasamos casi un año entre subidas y bajadas. Peleas, reconciliaciones... pero yo estaba segura de que quería hacer mi vida contigo. Te hubiera esperado lo que me hubieras pedido para que tú también alcances a conseguir tus metas. Aún éramos jóvenes, teníamos mucho por delante para seguir juntos. Me enamoré como nunca pensé que podría hacerlo. Sólo quería estar contigo. Sólo que me faltó valor para enfrentar a mi familia, aunque eso en algún momento tendría que ocurrir: enfrentarla por amor a ti. Créeme, lo hubiera hecho sin duda alguna, hubiera hecho todo lo posible y hasta, quién sabe, lo imposible, por estar juntos siempre, porque mi familia te acepte. Pero eso no fue necesario.
Recuerdo una tarde en tu casa, cuando tu hermana mayor estaba de visita con sus hijos, y el más pequeño era un bebito hermoso. Recuerdo que lo tomaste en brazos, y se te veía tan lindo así, haciendo de padre. Te ví e imagine lo lindo que sería formar una familia, pero me lo callé. De pronto me viste, viste al bebe, y moviste la cabeza como negando, diciendo que mejor era no imaginar cosas. Cuando te pregunté qué era lo que habías pensado, me dijiste que pensaste cómo sería tener un hijo juntos. Me alegré porque ví que de alguna manera, te estabas proyectando, aunque luego dijeras que era mejor no pensar en eso.
Y de pronto, tú cambiaste. Sí, de pronto, porque hasta unos días antes me decías que me amabas, que querías estar conmigo para siempre, que yo era tu vida. De pronto, volvieron tus dudas, pero esta vez fue peor: me dijiste que no te veías conmigo en unos años más, que no debería hacerme ilusiones, entre otras cosas. Yo, no entendía nada, no sabía por qué me decías eso. Cambiaste tan de pronto. Ya no querías mi compañía, y comenzaste a alejarte de mí. Buscabas aburrirme, y yo no entendía por qué. Hasta que esa llamada a tu celular llegó, y me dí cuenta, luego del seguimiento que hice, que tú estabas con la cabeza caliente por otra, más joven aparentemente, pero nunca mejor que yo. Yo, no podía creer eso. Tú me pedías tiempo, espacio, y yo te preguntaba llorando por qué, por qué, y tú no tenías respuesta válida a mis preguntas. Me dejabas, me alejabas de tu vida, y luego, bastaba una llamada para tenerme de nuevo en la puerta de tu casa. Me preguntaba "por qué no puedes ser fuerte y dejarlo por fin". Pero mi amor era tan grande que no me importaba nada. O tal vez mi amor propio era nulo. Mis amigas no podían creer lo que hacía por ti y trataban de hacerme entrar en razón. Pero yo ya no razonaba. Sólo te decía que si querías seguir pues seguiríamos, pero que no me pidieras tiempo para pensar y darte un aire, porque sabía que "ese" aire era agarrarte a la mocosa esa, y claro, como sabías de mi incondicional amor hacia ti, pues luego dirías "ah, dónde está ella?", y yo, enamorada como estaba, te recibiría no? Pero no: Yo ya había decidido algo: que si tú así lo querías podíamos seguir, pero no terminar por un tiempo porque yo no iba a estar para ti el día que quisieras volver luego de tus aventuras amorosas.
Hasta que llegó el día fatal ese, en que por fin me dejaste. Y yo, mientras tú me decías todos los por qués, que ya sabía de memoria y que era por demás seguir escuchando, sólo asentía con la cabeza, dándote la razón en todo, con lágrimas en los ojos, con el corazón destrozado una vez más. A esas alturas ya no me quedaba nada más que escuchar y decir que sí a todo. Aunque sabía que lo único que tú querías era alejarte de mí porque querías revolcarte con esa otra, lo sabía muy bien. Pero ya no importaba. A esas alturas mis amigas habían hecho un buen trabajo conmigo, para aceptar tu alejamiento sin pedir ni rogar que no me dejes.
Lloré mucho, muchísimo, por varios días, por muchas noches. Dormía llorando, o al menos trataba de dormir, pero no podía a veces, otras sí, otras no. Despertaba y otra vez, llorar y llorar recordando todo y buscando respuestas para preguntas que venían a mi cabeza, buscando una explicación lógica, que no existía para mí, a tu falta de amor, a tu falta de cariño. Quería saber por qué habías dejado de amarme, por qué ya no me querías más contigo. Sabía que estabas confundido, pero ýo fuí clara contigo: Si te vas, te vas, y no hay vuelta atrás.
Como esta canción:

Si te vas
si te vas te vas
para no volver
nunca nunca
si te vas
si te vas te vas
para no volver
nunca nunca

Cuando cruces esa puerta
todo, todo acabará
luego nunca te arrepientas
que de nada te valdrán
ni palabras, ni promesas
ni jurar que cambiarás
Si te vas, te vas del todo
para no volver jamás.
Una lagrima, una queja
en el aire quedará
del que quiso con locura
del que haya dado más
pero el tiempo pasa pronto
y otro amor ya surgirá
si te vas, te vas del todo
ya te lograre olvidar

Lo último que quería era volver a enamorarme. Durante mucho tiempo no entendí qué te había pasado, por qué habías cambiado... Sufrí como no te imaginas, lloré día tras día tu falta de amor, tu falta de sinceridad. Con el tiempo, cuando ya éramos amigos, comprobé que no me equivocaba: Me habías dejado porque estabas con la cabeza caliente, porque querías saber cómo era estar con ella. Claro, luego reaccionaste y te diste cuenta de que estabas enamorado, pero tampoco quisiste decírmelo. Esperaste a que yo termine de decepcionarme de ti para luego decirme que me amabas y que si yo lo quería, podríamos casarnos cuando yo quisiera, que harías todo lo que fuera posible para que estemos juntos. Pero no contabas con que yo ya tenía un plan de vida distinto para mí y mi pequeña. No te imaginabas que yo, cansada de ver que tú jamás me amarías como yo a ti, había decidido dejarte ir, hacer mi vida aparte, hacer muchos planes pero sin incluirte a ti, y sólo porque tú así lo habías querido. Tenía tantos planes en mente contigo, que fue duro y difícil sacarte de ellos, pero lo hice. Lo hice y me costó mucho. Así, el día que me dijiste amarme de verdad, yo no lo podía creer, y te tuve que decir que ya estabas fuera de mi vida porque así lo quisiste. Te había amado tanto, te había dado todo, estaba dispuesta a todo y tú, nada. Y el temor de pasar por lo mismo habló, junto al orgullo que por fin había salido a flote: No pienso volver contigo aun así te pongas de rodillas, nunca más pasaré por el dolor y la duda de saber si tú me amas o no, nunca más pasaré la incertidumbre de que tal vez hoy me digas 'te amo' y mañana quién sabe... Lloramos mucho, tú por mi desamor, yo por todo el tiempo pasado y porque sabía que a pesar de que todavía te amaba, no regresaría contigo. Error. Grave error. Cuánto hubiera querido decirte que sí quería estar contigo, que me moría por estar contigo, que era obvio que deseaba ser tu esposa y mujer para toda la vida... pero no... era tanto el miedo a volver a sufrir, tanto el orgullo herido, que me cerré y dije que no a todo. Por eso lloraba, porque a pesar de que te amaba y de que quería decirte que sí, sólo podía decir que no :(
Con el tiempo creí olvidarte. Ahora sé que eres el más bonito recuerdo, el amor más grande que tuve, que nunca viviré la historia de amor que viví contigo, que jamás volveré a amar como te amé a ti. O de repente sí, pero no sé... Creo que ya lo intenté y no pude. O sí??
Hoy, después de casi diez años, pienso que ese día en que me pediste después de tantos meses, retomar nuestra relación, debí ceder, que debí decir que sí. Tal vez igual te hubieras ido lejos, pero yo hubiera ido tras de ti luego, para seguir nuestra vida juntos. Me faltó valor, pero qué, a ti te había faltado valor antes también. Sin querer nos alejamos, a pesar de seguir amandonos :( Lo que ha seguido en mi vida tal vez sean pasos errados, pero, tal vez, algún día, cuando seamos gatos si es que existe otra vida, podamos estar juntos y ser felices, tal vez no por siempre, pero si hasta que la muerte nos separe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario